Por Kelly Gianina Rojas Ruiz
Son alarmantes las estadísticas sobre la violación sexual. En el Perú, el 75% de las mujeres son violadas antes de cumplir los 15 anos. Ante tal situación, es necesario realizar una reforma legislativa para ser más tajantes y efectivos en cuanto a las sanciones aplicadas a aquellos sujetos que producen daño físico, causan secuelas psicológicas y denigran la dignidad de aquellas mujeres que sufren estos actos deplorables; Para ello, el primer paso es analizar el contexto real de nuestro país y según lo que requiere el pueblo peruano, iniciar el proceso de reforma que conlleve a respetar los derechos de las mujeres y velar por su bienestar; sin embargo, dicha medida no es suficiente. Hace falta, además, ampliar los mecanismos que permitan prevenir y orientar legalmente a la afectada. Se podrían dictar charlas preventivas, teniendo como expositoras a psicólogas de alto nivel y médicos preparados en el tema., así como abogados que se encarguen del asesoramiento de la víctima. No se puede dejar de lado el tratamiento psicológico al que deben someterse los familiares de la afectada, ya que este acto de vejación trauma a tal punto a la persona mancillada, que es muy recomendable que sus familiares, quienes recibirán el impacto de tan lamentable suceso, sepan como proceder en un caso como este y poder ofrecer el afecto, cuidados y dedicación vital para la recuperación de la víctima. Para que estos mecanismos logren su cometido es vital que las instancias encargadas de dar curso a las denuncias por violación, lo hagan de manera rápida y efectiva.Las estadísticas sobre violaciones, exponen otro tema de igual relevancia, la pedofilia. De cada 100 casos de violación sexual, 10 de las víctimas, son menores entre 0 y 5 años; veintisiete tienen entre 6 y 12 años; cincuenta y uno tienen entre 13 y 17 años; Según estos datos, 88 de cada 100 casos tienen como víctimas a menores de edad. Recientemente, los diarios han publicado el caso de una niña japonesa, llamada Airi Kinoshita, ultrajada y asesinada en manos de un peruano, que ya tenía antecedentes; sin embargo, no fue sancionado correctamente. Dicha patología se ha transformado en un problema social, ya que no se circunscribe a la intimidad del pedófilo, sino a los actos nefastos que realiza en agravio de las niñas y niños. En este caso se trata de orientar a las niñas y niños, para que comprendan sus derechos, sepan cómo y dónde buscar ayuda, no teman contar el acecho de un desconocido, aunque hallan recibido amenazas y no permitan que les coaccionen en actos que no desean hacer. La enseñanza que reciban debe provenir de un profesional en sicología. Este accionar abrumador, refleja el avance de este problema social que atenta contra la justicia y lesiona profundamente el derecho de cada ser humano –niña, niño, mujer o muy pocas veces varón- al respeto, a la libertad, a la integridad física y moral. Produce un daño grave que puede marcar a la víctima para toda la vida. Más grave todavía es la violación cometida por parte de los padres o de educadores con los niños que les están confiados. Al respecto, un dato muy puntual es que el 21,9 de los casos de violencia sexual es producido por los propios miembros de la familia. El 15.5% se produce en el entorno amical (Con amigos, vecinos). Es necesario que la familia peruana participe activamente en esta reforma. Estar vigilantes y preparados para que ningún individuo que posea estas inclinaciones pueda dañar la tranquilidad y la unidad familiar. La tarea es de toda la comunidad peruana. El futuro depende de nuestro accionar en el presente.
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