Wednesday, February 15, 2006


TEORIA DEL GENERO

Ponente: Dra. Paola Farfán Vignolo
Encargada del Consultorio Jurídico Gratuito de la Universidad de Piura

Hoy escuchamos hablar de teoría de género, discriminación de género, problema de género, como algo bastante normal, pero desconocemos muchas veces el alcance que tienen sus efectos y las consecuencias de que exista una política pública de género, con organismo estatal incluido encargado de ella.

La teoría o teorías de género no está solamente referida a la concepción genérica de los sexos femenino y masculino, sino que abarca una concepción cultural determinada y una visión de la sociedad predefinida, con bases ideológicas bastante claras.

La agenda de género lleva envuelta, entre otros aspectos, un cambio en el concepto de familia, vida y sexualidad, la legalización del aborto, y la aceptación de las uniones homosexuales y de lesbianas con los mismos derechos de los matrimonios. Implica una nueva forma de ver al ser humano y a la sociedad.

Esta nueva bandera tomada por el feminismo se fundamenta en el hecho de que las mujeres se habrían visto forzadas a aceptar un patrón de vida social impuesto
culturalmente a través de diferentes campos.

Los derechos sexuales y reproductivos, la ciencia y la técnica son un gran aliado para el logro de la agenda de género, ya que la reproducción humana asistida, la clonación, la maternidad substituta, etc., representan “formas de liberación de las mujeres de la tiranía de su naturaleza biológica”, permitiéndoles escapar del “estado de barbarie del embarazo”.


INTRODUCCIÓN
Actualmente a nadie le sorprende ni le parece extraño que se hable de las teorías
de género: “esto es una cuestión de género”, “aquí hay discriminación de género”, “se trata de un problema de género”, etc. Sin embargo, hace 15 ó 20 años atrás estos conceptos no se utilizaban en el sentido que actualmente se les da, ni tenían el alcance ni las consecuencias que hoy están experimentando estas teorías.

La teoría o teorías de género no está solamente referida a la concepción genérica de los sexos femenino y masculino, sino que abarca una concepción cultural determinada y una visión de la sociedad predefinida, con bases ideológicas bastante claras.

Esta teoría se ha implantado y buscado imponer como uno de los avances de la
modernidad, que cruza todas las políticas públicas que tienen que ver con educación, salud, trabajo y cultura principalmente, y que constituye una derivación con nuevas aristas del feminismo igualitarista entre el hombre ya mujer y de lo llamado “políticamente correcto”.

¿EN QUÉ CONSISTE?

“La teoría de los géneros, íntimamente ligada a la teoría de la discriminación deliberada y sistemática de la mujer por parte del hombre, se sustenta en la creencia –no avalada por la ciencia, aunque se pretenda de otro modo– de que la mayoría de las diferencias entre hombres y mujeres, y ciertamente sus roles y funciones, no responden a su naturaleza sexuada y a la originalidad de lo femenino y de lo masculino, sino que a diferencias de género, vale decir, que no tienen fundamentos naturales irrevocables, sino que han sido construidas culturalmente en forma artificial a través de la historia, creando una discriminación de carácter sistémico en contra de la mujer”.

La agenda de género ha venido a sustituir la agenda feminista de la lucha sexual.
Antiguamente el debate se refería a la discriminación de sexo (hombres y mujeres), mientras que hoy día se habla de discriminación de género, que es mucho más amplio en contenido y alcance.

Así, tenemos la llamada “Agenda de Género”, el nuevo caballo de batalla del feminismo, que va mucho más allá de la lucha por la igualdad de derechos o por la
discriminación positiva. Ahora el objetivo es obligar al cuoteo de 50-50% en todas
las actividades e instituciones mundiales.

La introducción de este concepto de género –no sólo en el lenguaje cotidiano, sino que en las políticas públicas de los países y organismos internacionales, con lleva, además, un cambio cultural bastante más profundo que lo que se pretende a simple vista.

Efectivamente, la agenda de género lleva envuelta, entre otros aspectos, un cambio en el concepto de familia, vida y sexualidad, la legalización del aborto, y la
aceptación de las uniones homosexuales y de lesbianas con los mismos derechos de los matrimonios. Implica una nueva forma de ver al ser humano, una nueva perspectiva desde la cual reelaborar los conceptos de hombre y de mujer, sus respectivas vocaciones en la familia y en la sociedad y la relación entre ambos.

La ideología de género quiere instaurar una cultura sin sexos, pero sí con “orientaciones sexuales”, en la que cada individuo, independientemente de las características biológicas con las que nazca, escoja su orientación sexual. Al final, todos los individuos serían iguales, sea cual sea la orientación sexual asumida.

Esta nueva bandera tomada por el feminismo se fundamenta en el hecho de que las mujeres se habrían visto forzadas a aceptar un patrón de vida social impuesto culturalmente a través de diferentes áreas campos. Así, en lo educacional se basaría en “el concepto de alienación, que implica educar y formar a la mujer en la convicción de que es debido que asuma tal papel en la sociedad, que es moralmente correcto e incluso que la religión se lo indicaría como un medio de salvación”. También estarían los conceptos de obediencia, aplicada en la vida familiar e impuesta históricamente por el hombre a la mujer; de incapacidad, que sería tanto física como intelectual de la mujer, que situaría al hombre en una categoría superior; y, finalmente, el concepto de castigo, que se demuestra en la violencia sexual de que es producto sistemáticamente la mujer, hasta de segregación social si no acepta el modelo impuesto.

EFECTOS CONCRETOS
Tal como observamos, este cambio cultural que poco a poco se está produciendo, tanto en el mundo como en nuestro propio país, está teniendo insospechadas consecuencias. Para ver algunas de ellas podemos señalar, en primer lugar, la modificación de los textos escolares, por ejemplo en Chile, significó contar cuántas
imágenes de mujeres con hijos había y cuántas de hombres, para que fueran iguales en cantidad.

Un segundo ejemplo de los efectos de la agenda de género la observamos en los llamados derechos sexuales y reproductivos, que envuelven el derecho a decidir cuándo y cuántos embarazos se desea tener, así como la obligación de recibir una atención de salud reproductiva sin riesgos. Estos derechos, que en principio aparecen como justos, lamentablemente conllevan la legalización del aborto, que se impone por los organismos internacionales (partiendo por Naciones Unidas) a los diferentes países a través de convenios y acuerdos internacionales.

En el caso nuestro, estos derechos sexuales y reproductivos se están traduciendo, en la práctica, en una política de educación sexual que busca masificar el uso de anticonceptivos en los adolescentes con presidencia de los padres. Esto conlleva
la atención, ya sea en los consultorios o en los colegios, por enfermeras y obstetrices que, bajo el concepto de la privacidad, atienden a las jóvenes sin que sus padres tengan conocimiento de ello, incentivando de esta manera la actividad sexual de los adolescentes bajo una falsa sensación de seguridad.

Por otra parte, el hecho de incorporar estos derechos en los acuerdos internacionales constituye una presión para la legalización del aborto, bajo el pretexto de la atención sin riesgo de la salud reproductiva.

En el ámbito de la familia, la agenda de género busca unificar las uniones homosexuales y lesbianas con los mismos derechos de las familias normales, vale decir, con el consiguiente derecho a adoptar hijos, como de hecho está sucediendo ya en algunos países europeos ( por ejemplo en Holanda, España, donde el año pasado se dictó una ley que reconoce los matrimonios entre homosexuales y les otorga el derecho de adoptar niños), así como de América, ( en algunas provincias de Canadá y en Massachussets- Estados Unidos).

En el ámbito del derecho internacional, esta ideología busca cambiar la Declaración Universal de Derechos Humanos, al pretender introducir el concepto de derecho a la “orientación sexual” de cada persona.

Por otra parte, se pretende también que se modifique esta declaración de
los Derechos Humanos, incorporando el siguiente párrafo: “Nada en la presente
Declaración podrá interpretarse en el sentido de conferir derecho alguno al
Estado, a un grupo o a una persona para emprender o realizar actos tendientes a la supresión de cualquiera de los derechos y libertades proclamados en esta Declaración”. Con este cambio se busca evitar que cualquier grupo o persona se oponga, por ejemplo, a la interrupción voluntaria del embarazo (aborto provocado) o al matrimonio de homosexuales, por citar algunos ejemplos.

En esta óptica de los derechos reproductivos, la ciencia y la técnica son un gran aliado para el logro de la agenda de género, ya que la reproducción humana asistida, la clonación, la maternidad substituta, etc., representan “formas de liberación de las mujeres de la tiranía de su naturaleza biológica”, permitiéndoles
escapar del “estado de barbarie del embarazo”.

En la ecología y medioambiente, el exceso de población supone el control de la natalidad por cualquier método, lo que incluye la promoción del aborto como un buen mecanismo para ello. Esta alianza entre ecologista y promotores de la agenda de género le ha dado a esta ideología excelentes dividendos, ya que se utilizan los foros medioambientales, que normalmente son bastante sensibles a la opinión pública, para la promoción de sus postulados de género.

ROL DEL ESTADO
Todo este proceso de introducción de las políticas de género ha llevado, en el caso peruano, ha establecer una agenda de género, también se impulsan estas posturas en el ámbito privado a través de campañas publicitarias y de sensibilización de la
ciudadanía, con argumentos más ideológicos que científicos.

CONCLUSIÓN
Toda esta ideología de género está, definitivamente, buscando un cambio en la cultura, que incidirá en el concepto de familia, vida, tipo de educación, roles de la mujer y hombre en la sociedad, etc. Todo basado, además, en una concepción de la persona humana, de su dignidad y de la naturaleza de lo femenino y masculino, bastante dudosa y no compartida por una gran mayoría impulsada por grupos
feministas que imponen su modelo de vida desde el extranjero a nuestra cultura,
con el apoyo de los organismos internacionales.

Hombre y mujer son seres complementarios. Juntos construyen la sociedad aportando cada uno la riqueza de su identidad, masculina y femenina. La complementariedad no es algo extrínseco al hombre y a la mujer, como algo que les viene impuesto. Por el contrario, el hombre y la mujer encuentran en el interior de su naturaleza el reclamo de la entrega recíproca al otro, y es esta complementariedad el único camino para que cada uno alcance su plena realización.

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