Saturday, January 03, 2009

Un militar llamado Tobías
Por Kelly Rojas Ruiz*

Una bella historia de amor, narrada por sus protagonistas, compartida con todos ustedes por navidad. ¿Fantasía o realidad?... Lo que mejor les parezca, disfrútenla.

Dos mares, iguales en forma, estructura, uno al lado izquierdo y otro al lado derecho, al frente mío. El que estaba al lado izquierdo un poco turbio y el que estaba a la derecha muy transparente y con un resplandor maravilloso, como un acto extraordinario. El domingo en la fiesta del Señor, un mensaje: la promesa de Dios se cumplirá. En las sagradas páginas una premoniciòn: “una espada traspasará tu alma…”, otro dolor fortalecerá tu purificación. Después de que tu alma se purifique y sólo si tu fe y esperanza siguen intactas, llegará la felicidad. Veo lágrimas brotar por unas mejillas agobiadas por el dolor, un incansable ser humano con una fuerza interior incomparable, pero al fin y al cabo un ser humano y nada más. ¿Acaso puede un simple mortal tener mayores privilegios que su Creador? El nacimiento del Niño Jesús le trae una feliz sentencia: Tu amor te espera, lo que está escrito se cumplirá.
¡Tobías! - escucho gritar y este llamado interrumpe mi concentración para anunciarles un bello mensaje. Acudo de prisa y absuelvo la duda. Otra vez logro recorrer los largos senderos de la imaginaciòn, me dejo llevar por el Espíritu Santo que gustoso me obsequia su luz para que continúe hablando de nuestro Padre: Te falta caridad, cuando la tengas, será el momento, te daré una señal muy patente para que sepas que al fin llegó lo que esperabas.
¿Cómo un militar puede ser el elegido?, no tienen la formación espiritual necesaria, sus vidas son tan opuestas a la tuya- escucho decir, mientras el amor de mi vida se esfuerza por plasmar nuestra historia. Ninguna otra persona podrá ser el dueño de tu corazón a menos que sea el elegido, el muchacho agradable a los ojos del Señor, su hijo querido, al que mira con ojos de bondad porque lo ama.
Escucho decir, no temas los misterios de tu vida, no tengas miedo, al fin entenderás el porqué de lo que te ha ocurrido.
Mi corazón late fuerte, supongo que ella también me escribe desde algún lugar del mundo, me gusta pensar que mientras les obsequio nuestra historia de amor, en mi lugar preferido del cuartel que me acoge, lejos muy lejos de la tierra que me vio nacer, ella también lo hace y esta idea hace que mis latidos se aceleren.
Amor mío nunca más volveré a dudar de tì, si nuestro Padre ha decidido unirnos con un amor infinito y convertirnos en un puente para que Lo conozcan, estoy dispuesto a esperar y escuchar el grito de alguien preguntándome si soy Tobías, el militar, el elegido, este momento hace que mi alma dance de felicidad.
Amor mío sé que estás en camino y te espero, perdóname si te confundí, si creí que fue otra persona y no tú quién llegabas a buscarme, lamento mi error, pero tuve una visión el día que...perdóname por favor. Hoy he vuelto a nacer y estoy más segura que nunca de tu regreso. No lloraré y si acaso lo hago será de felicidad porque al fin he vuelto a ver a mi amor, a aquel militar que conocí y amé a primera vista un ocho de septiembre, día de la Virgen María.
No mi amor, no temas, te esperaré y ahora tenemos una bendición: Dios está de nuestro lado ¿Quién podrá separarnos? Ya no hay dudas. Su promesa está a punto de cumplirse. Es que la fe mueve montañas y aquello que para los ojos humanos es una utopía para los ojos de nuestro Redentor es una bella esperanza que se alegra de poder realizar. No perdamos nuestros sueños, la fe, esperanza, caridad, al fin y al cabo es lo único que nos mantiene vivos en este mundo que no nos pertenece pero que es una transición a nuestro verdadero hogar, la Casa de Nuestro Padre.

* Licenciada en Ciencias de la Comunicación Social. Egresada de la Universidad Nacional de Piura.

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