Saturday, December 31, 2005


Pasos de fe, la historia del Señor de Chocán
¿Qué pruebas hacen falta para creer en Dios?
La conversión llegó a aquellos que aún dudaban de su existencia.

Desde el año 1690, siglo XVII , sucedió un acontecimiento que marcó para siempre la vida de los pobladores de la Hacienda Poechos. A orillas del río Chira, en el pueblo de Chocán un indígena -muy famoso y apreciado por los lugareños- halló un pesado tronco de madera fina; él sintió curiosidad por el hallazgo. Descargó el primer hachazo al tronco y cuán mayúscula fue su sorpresa al notar que la escisión brotaba un liquido rojo como la sangre. Presumiendo que podría tratarse de un milagro, relató con alegría lo ocurrido a todos sus coterráneos; Inmediatamente fueron al lugar de los acontecimeintos, cargaron con el pesado madero a una cabaña cercana - que hoy se conoce como la Cabaña Bendita-, esperanzados en que algún día Dios pudiera enviar un escultor que tallara una imagen del Señor Crucificado. Así fue. Dios escuchó los anhelos de los habitantes y poco después apareció providencialmente por casa del buen indígena, un escultor, a quien contrataron para que les construyera la anhelada Imagen.
El desconocido escultor para culminar la obra, pidió no ser interrumpido por nadie. Además prefirió alimentarse sólo de lo que llevaba en su alforja. Como en Chocán la gente era muy obediente, nadie faltó a su palabra.
Convenido el tiempo de entrega de la obra, los pobladores fueron a ver al escultor, pero no hallaron al artista, sino una conmovedora Imagen de un Cristo Muriendo en la Cruz. Su rostro era moreno, pero hermoso, lleno de dulzura y majestad y con toda una expresión poco común, parecía un asunto muy superior a lo humano, el cielo. La noticia de este hecho se expandió rápidamente por toda la comarca y todos acudían sin cesar a conocer la milagrosa imagen.

Después de algún tiempo, iniciaron la construcción de una Capilla de barro y paja donde veneraron la imagen; se iniciaron las celebraciones y se fortaleció la devoción al Cristo bendito.
Por investigaciones que realizó Hilario Molina -año 1860- , sabemos que fue en el año 1700 en que se estableció definitivamente la romería al Cristo de la Buena Muerte de Chocán en un sector de la hacienda Poechos por lo cual se le conoció o bautizó con el nombre de Chocán en honor a ese pueblecito. A partir de entonces sería el Señor de Chocán, quien representa a nuestro Jesús Crucificado.

El indígena, invitaba a los colonos de la Hacienda Huangalá y de otros lugares del Valle del Chira para que contribuyeran con sus limosnas a la celebración de las festividades que por aquella época tenían lugar en el mes de octubre y en la víspera de la Navidad hasta el 28 de Diciembre. Un recogimiento grande se descubría en las primeras Romerías del Señor de Chocán. Las autoridades de Querecotillo, en unión con el Sacerdote de aquella época, visitaron el Caserío de Chocán y quedaron maravillados al contemplar la belleza y perfección de la imagen bendita.
Dice la leyenda que cuando por primera vez se pretendió alzar al Cristo Crucificado, fue tan grande su peso que hizo desistir su propósito a quienes lo intentaron consiguiendo su traslado después de muchos años a la iglesia en la que hoy se venera.
Acérrimos esfuerzos tuvieron que emprender los querecotillanos para lograr levantar la Imagen, ya que, los chocanenses se resistieron a que se les despojase de tan preciado legado de Dios; además, cuantas veces se quiso trasladar la imagen a su nueva morada, reapareció en su humilde capilla y finalmente, sucumbió los horrores de un incendio mandado producir según versiones antojadizas por las mismas autoridades de Querecotillo. (Comentan que quienes quemaron la capilla murieron) Sólo así púdose lograr que la Sagrada Efigie quedase definitivamente en el lugar que se le deseaba.

La imagen bendita, fue trasladada al Distrito de Querecotillo, en el año 1712 -para entonces este distrito era Vicariato-, se iniciaron las celebraciones con gran pompa en la Iglesia San Francisco Javier de Querecotillo. La celebración se organizó en dos festividades anuales. Navidad y Dos de Febrero, la primera se celebraba en el mes de octubre y la segunda en diciembre. Posteriormente la celebración del mes de octubre se trasladó para el Dos de Febrero, según se cuenta a pedido de los devotos por un milagro producido el “Día de la Candelaria”. Se cuenta que en medio de la abrumadora sequía, los pobladores querecotillanos pidieron con mucha fe al Señor de Chocán y al ver su sufrimiento, Dios desde el cielo, hizo realidad su petición. LLovió tan fuerte que la producción agrícola, tomo un color diferente y se volvió a cosechar. Todo ello sucedió un 02 de febrero. En agradecimiento, los querecotillanos, trasladaron la festividad del Señor de Chocán pára el 02 de febrero -día central-, en que sale en procesión. Hasta hoy rinden agradecimiento y demuestran su enorme fe en Dios. Por esta razón al Cristo de Chocán se le denomina además el Cristo de los agrícultores.

Una pobladora, de apellido Castillo, propietaria de la Hacienda Somate, favorecida por el Señor de Chocán, admiraba la devoción que había despertado el Cristo en los querecotillanos, se conmovió y mandó a construir una Capilla en su honor, en el mismo lugar de Chocan, de la hacienda Poechos.

El jueves 11 de Enero de 1,821 en la Plaza de Armas del Distrito de Querecotillo, los patriotas y altivos pobladores proclamaron la independencia Nacional del yugo español. El 14 de Enero, por la mañana se celebró el solemne Tedeum y Misa de Acción de gracias ante el Milagroso Señor de la Buena Muerte de Chocán, ofrecida por el Párroco Lic. Francisco de Paula Vera; Con este acto religioso se solemnizó y consagró la Jura de la Independencia, conforme a lo acordado el día Jueves 11 de Enero.

Varios jóvenes querecotillanos, fervientes devotos del Cristo Moreno, se enrolaron en las tropas patriotas de Santa Cruz, las cuales tuvieron destacada actuación contra el yugo español en la batalla de Pichincha en Junín y la ofensiva en Ayacucho.

La Iglesia de Querecotillo, con las limosnas del Señor de Chocan contribuía con seis pesos mensuales, que era el cupo asignado por la Junta Eclesiástica, que pasaban a tesorería de Trujillo, para sufragar los gastos de las campañas Libertadoras, contra el enemigo español, opresor de la libertad de América en 1823.

En el año 1,826, Querecotillo dependió de la Villa Sullana en lo Eclesiástico ya que por esos años el Cura de la Punta, como antes se le conocía a Sullana, quiso obligar a los querecotillanos a festejar las festividades de NAVIDAD Y DOS DE FEBRERO en la destruida Capilla de Chocán y desde luego a restituir a dicho sitio la clásica Imagen del Señor de la Buena Muerte de Chocán; sin embargo no logró su cometido.

En 1840, una sequía afectó a los pueblos de la región. Los animales morían pese a que se cambiaba su habitad para salvarlos, bajó la producción del algodón y en el verano, el caudal del río declinó. El hambre atacó a la gente humilde, ante la escasa ayuda muchos emigraron al interior y otros a Colombia.

En 1841, la sequía se hacía más insoportable, en vista de ésto se llevó al Señor de Chocán desde el caserío hasta Piura para 9 días de oración y fortalecimieto de fe. El Señor escuchó las súplicas. Al regresar la imagen a Chocán, el Párroco de Sullana Yanuario Cortés la dejó en aquel lugar por un pedido expreso de los sullanenses. Por Decreto del 8 de marzo de 1841, se autorizó el traslado temporal a la Iglesia parroquial de Sullana, en donde la imagen sería venerada y podrían concurrir muchas personas en romería de navidad y los comerciantes a la feria.

Ante el pedido de los pobladores querecotillanos de regresar a Cristo de Chocán, el obispo de Trujillo apoyó su pedido y elevó un informe a don Ramón Castilla en ese entonces Presidente de la República del Perú. El Ministro de Culto dispuso el 5 de agosto de 1,843 que tras la nueva iglesia de Chocán -recientemente construída-, la imagen vuelva allí y que de Sullana la trasladen a Querecotillo momentáneamente. El pedido formal lo realizó José María Gallo con el apoyo que le brindó desde Lima, José María Raygada Gallo. El Presidente de la República decretó el 8 de diciembre de 1842, el traslado definitivo de la imagen del Cristo de Chocán a Querecotillo.

En 1,882 las tropas chilenas hicieron su ingreso al indefenso pueblo de Querecotillo, dirigiéndose a la Iglesia a la que no pudieron entrar por la puerta principal, ya que, al abrirla se quebró la llave, haciéndolo luego, por una puerta lateral llamada “PUERTA DEL PERDÓN”. Grande fue el temor de los querecotillanos, pues pensaron que los chilenos iban a incendiar la Iglesia como lo habían hecho en otros lugares del Sur. Pero no sucedió tal cosa, pues los soldados chilenos al contemplar al Señor de Chocán, se maravillaron intensamente y manifestaron que jamás habían visto Imagen igual tan respetuosa, majestuosa y a la vez bella y amable; se postraron en tierra y conmovidos le pedían perdón por sus faltas cometidas. Se despidieron con reverencias. Luego se retiraron pacíficamente a Piura.
Esta bendita Imagen ha tuvo la peculiaridad de haber sido siempre codiciada por otros pueblos como Piura y Lima, que anhelaron tener el privilegio de venerarla; sin embargo, nunca les fue posible debido a la resistencia de los querecotillanos para conservar decisívamente su antiquísimo patrón. Así mismo, se dice que por orden del Obispo de Trujillo, la Sagrada Efigie estuvo a punto de ser trasladada a Lima pues según el referido Eclesiástico, Querecotillo era una ciudad rústica y no merecía por ello albergar una Imagen poderosísima -por todos los milagros realizados-; Sin embargo, Dios, nuestro Padre, tenía otros planes para la imagen bendita. Un pedido para instalarla en Paita también quedó sin efecto.
Un Prefecto de Piura, de apellido Zapata, que por primera vez vio la Sagrada Imagen en la celebración de la Feria de Navidad en 1,899, al regresar a Piura, ordenó que dicha Imagen por ser tan hermosa debía estar en la Catedral y no en un pueblo tan pequeño. Esta noticia hirió profundamente el católico corazón de los querecotillanos. El gobernador, las autoridades, personas notables se reunieron y acordaron desconocer la orden impartida. Así fue. Cristo de Chocán se quedó en Querecotillo.
El 24 de Julio de 1,912 a las 6:50 de la mañana hubo un violento terremoto que arruinó a casi todo el Departamento de Piura; Sin embargo, la imagen quedó intacta. Tampoco afectaron a la venerada imagen, los grandes aguaceros de 1891, 1925 y 1926.
Los querecotillanos con el temor de que el año 1927 fuera muy lluvioso, trasfirieron la feria de Febrero al mes de Agosto, celebrándola en forma relevante en los días 27 al 31, celebración que se hizo por única vez en el mes de agosto de 1927, a través de la historia religiosa de Querecotillo.

Entre los milagros relevantes obrados por el Señor de la Buena Muerte de Chocán, se cuenta el de Don José Bustamante, vecino notable de Loja (Ecuador), quien regresaba de Lima desahuciado, pues hacía tiempo había perdido la vista, habiéndose hospedado en casa de Don Coloma de regreso a su tierra. Alguien le indicó que fuera a postrarse a los pies de la Imagen, rogándole su mejoría. Así lo hizo, se dejó conducir a la Iglesia que estaba llena de fieles en la Feria de Navidad, lloró ante El Crucificado, implorando un milagro y ¡Oh prodigio!, al salir de la Iglesia, vio la luz del día gritando ¡milagro! ¡milagro!. milagro!.

El que fuera ciego en gratitud le obsequió un hermosa ofrenda al Señor de Chocán y por muchos años asistió a sus actos religiosos que se celebraban en sus ferias anuales.

La devoción del Milagroso Señor había llegado a los lugares más apartados del Perú y acudían a venerarlo personas de diversos segmentos sociales, inclusive de las vecinas repúblicas, en especial del Ecuador. Quienes lo visitaban con mayor fervor, eran los Sechuranos y Cataquenses, que montados en sus burros y con sus alforjas repletas de velas y aromosos inciensos trayendo medallas del Señor de Chocán al son de chirimillas y bandas de músicos. llegaban a Querecotillo arrodillábanse frente a la Efigie, colocaban sus limosnas dormían al pie de ella en cada misa o procesión la vestían artísticamente con prendas de oro. Al cabo de seis días, retornaban a sus querencias exhibiendo muy ufanos en el cuello un cordón de colores con un trozo de algodón con el cual había sido limpiado el rostro del Milagroso Señor a quien llamábanle Nuestro Padre Señor de la Buena Muerte de Chocán de Querecotillo al despedirse lloraban tristemente pidiéndole les conservara la vida hasta el otro año para volver a verlo.

El día Jueves 11 diciembre de 1930 a las 11 de la mañana se produjo un hecho doloroso a los querecotillanos un pavoroso incendio incineró la Efigie que tallara el escultor divino en el caserío de Chocán a orillas del entonces caudaloso río Chira. Toda la población de arriesgados hombres hacían lo posible por apagar el pavoroso incendio y salvar la preciada Imagen, pero no lo lograron. Sólo se rescató el dedo anular derecho de la escultura. Luego los pobladores vieron cómo de entre las llamas se elevó una nube muy blanca que se perdió en el cielo. Aquella tristeza contagió a todas las gentes de la Región Norte del Perú. Las mujeres pusiéronse sus polleras negras y sus mantos del mismo color y de todas las partes llegaban mujeres y hombres a llorar ante los despojos del Buen Muerto.

En aquel aciago día los querecotillanos lloraron amargados la pérdida de su Señor de Chocán que había visto suceder muchas generaciones. Además también se perdió gran parte del Templo que pertenecía a la Iglesia San Francisco Javier de Querecotillo, una de las primeras iglesias de la época colonial, que habría sido construída junto con la iglesia de Mórrope y la de Pueblo Nuevo de Colán.
Aquel templo tenía una gran nave decorada con pan de oro, un cielo raso decorado con pinturas hechas por un pintor italiano que representaban las catorce estaciones.
Fueron días, fueron semanas enteras que se lloró la Buena Muerte del Señor de Chocán.

Posteriormente la Iglesia Colonial fue reconstruida gracias al esfuerzo mancomunado del pueblo y también con la ayuda de material entregado al Comité Central de personas notables, como el General Luis Miguel Sánchez Cerro, Presidente de la República, que era muy devoto y conocedor de la gran tradición del Milagroso Señor de la Buena Muerte de Chocán.

Para reconstruir la imagen se hicieron colectas públicas por toda la región y se mandó a esculpir en Victoria (España) por intermedio del Señor Francisco González Aguirregaviria (Ciudadano español residente en Sullana). Al escultor le entregó una nítida fotografía de la Efigie, asimismo se llevó el dedo que se había rescatado de la mano de la clásica escultura, el cual había permanecido guardado en poder del Sacristán Señor José Dolores Arévalo Carreño. Tal pieza digital sirvió para darle el color original y el tamaño al nuevo Cristo de Chocán.

Este dedo, el anular de la mano derecha, se puede apreciar en la Imagen actual con el cual se sigue conservando la tradición del venerado y Milagroso Señor de la Buena Muerte de Chocán, antiquísimo Patrón de Querecotillo y del valle del Chira.

En 1932 ya estaba terminada la Imagen que es poco más grande que la original pero igual en sus facciones por una coincidencia la actual imagen tiene una falange menos del dedo meñique igual que la antigua.

La Sagrada Imagen fue traída en 1932, de España al Perú, en el vapor Orbita. Al llegar la embarcación al Canal de Panamá había una tempestad que impedía el paso de varios vapores; pero la nave en que venía el Señor de Chocán, pasó el Canal, sin ninguna dificultad. Las demás embarcaciones en ese instante no pudieron pasar, porque la tempestad se tomó más impetuosa. Entonces, los tripulantes quedaron absortos de aquel acontecimiento, preguntaron al capitán, a qué se debía el hecho que aquella nave había pasado sin dificultad. El les respondió que tal vez era un prodigio que se lo atribuía al Señor de Chocán de Querecotillo que venía en un baúl. Los tripulantes dudaron de tal aseveración y esperaban ansiosos la hora de abrir el baúl. Al llegar a Paita, en la Aduana, abrieron el baúl y se convencieron. Efectivamente venía el Señor de la Buena Muerte de Chocán. Manifestaron, gracias a El hemos podido pasar el Canal de Panamá que estaba agitado. En Paita y en otros lugares se hizo noticia de lo que había sucedido.
El pueblo católico de Querecotillo y ferviente devoto hizo una flamante recepción en la Capilla del Barrio Sur. Sacaron la Sagrada Escultura del cajón, que venía desde España; luego fue llevada en procesión al Templo de la Iglesia San Francisco Javier de Querecotillo, en el momento de la recepción el Párroco, a través de un documento de España, dio a conocer que para tallar el actual Cristo, el hábil escultor había tenido muchas dificultades, teniendo que emplear hasta tres maderos, porque al terminar la Escultura se le malogró; y al hacerla de nuevo, por segunda vez, también faltándole poco para terminarla, se le volvió a malograr; hasta que al labrarla por tercera vez, logró culminarla. Hoy vemos el producto y es una escultura muy hermosa. En esta forma fueron empleados tres finos maderos, lográndose el acabado perfecto con el tercero. La bellísima imagen, que actualmente se venera, constituye la admiración de quienes la conocen, cuyo fervor constituye para propios y extraños un símbolo de fe, de amor y de ternura en los católicos por la imagen del Cristo Crucificado.

Con motivo del Conflicto con Colombia en 1,933 la nueva Imagen del Señor de la Buena Muerte salió en procesión para recorrer todas las calles del pueblo y orar por la paz, procesión no acostumbrada a salir en otras fechas.

En 1954 el Señor de la Buena Muerte de Chocán salió en procesión a Talara, con el objetivo de colectar óbolos para la refacción de las torres de su Iglesia. Una comisión integrada por directivos de la Sociedades de "Navidad" y "Dos de Febrero" fue la encargada de llevar la Efigie a Talara. Acomodaron con paños a la Imagen en un cajón, dejando libre un espacio de 10 centímetros por cada extremo de la Santísima Cruz, a fin de poder sacarla con facilidad. Subieron el cajón y el anda en el camión del devoto Don Antonio San Martín Zapata, quien lo manejaba, en seguida partió rumbo a Talara, por la mañana, el días sábado. La Comisión la presidía el Párroco de Querecotillo Párroco Telmo Vegas. Al llegar a Talara Alto, recepcionaron al Señor unas 4,000 personas. Bajaron el cajón sacaron la Imagen y colocáronla en el anda artística que llevaban, luego salieron en procesión con el Crucificado a la Iglesia de Talara pero no pudieron entrar el anda porque la puerta era muy baja y entonces se optó por llevarla cerca de la Casa Parroquial. Varios miles de devotos, velaron la imagen toda la noche. El día domingo más de 10,000 fieles acompañaron la solemne procesión por las calles de Talara, la “Ciudad del Oro Negro". El objetivo se logró con mucho éxito. Al terminar el recorrido procesional, a tas 5 de la tarde, regresaron al Señor en hombros a Talara Alta, los devotos se opusieron que lo llevaran en carro. Y el día Lunes por disposición del Párroco Telmo Vegas bajaron la imagen de la artística anda, para colocarla en el baúl. Entonces, sucedió un caso misterioso: la Sagrada Escultura no entraba en el baúl. Ante este suceso asombroso las buenas gentes de Talara empezaron a sollozar y pedían que el Señor permaneciera más tiempo en el puerto; pero el Párroco de Querecotillo no accedió la petición, porque la licencia de la Superioridad Eclesiástica ya se había cumplido, y debían indefectiblemente retornar a Querecotillo. Vieron modos cómo colocar la imagen en el baúl.
Entonces la Comisión consiguió tacos de madera para ponerlos en el fondo del baúl y sobre los cuales la Cruz descansara en declive de 20 centímetros, le pusieron la tapa que no cerraba bien. Enseguida subieron el baúl al camión y volvieron a Querecotillo. Al llegar al Querecotillo una gran cantidad de fieles lo recepcionaron a la entrada del pueblo. El párroco, en el atrio de la Iglesia, les habló de la gran manifestación de fe en Talara para con el Patrón de Querecotillo. Al día siguiente al abrir el baúl hubo una gran sorpresa para el Párroco y los de la Comisión, de que la Santísima Cruz estaba bien colocada dentro del baúl, en cada extremo habla un espacio de 10 centímetros de luz, los tacos a un lado, estaba de igual manera como se había acomodado cuando se llevó a Talara. Fue pues un gran prodigio del Señor de Chocán y si no hubiera sido por éste, el Señor no hubiese podido entrar en el camarín del Altar Mayor donde permanece todo el tiempo. Pues el Párroco y los de la Comisión estaban preocupados porque el Cristo quizá no iba a entrar en el camarín.

Desde aquella peregrinación por la ciudad de Talara la devoción para con el Señor de Chocán ha tomado mayor fuerza, principalmente en la Feria del "Dos de Febrero".

La Iglesia de Querecotillo, monumento de fe y esfuerzo colectivo se refaccionó con las erogaciones de los devotos.
La actual Efigie del Señor de la Buena Muerte de Chocán Historia de Fe y de Milagros es hermosísima e infunde respeto como la antigua que se veneró por primera vez en el caserío de Chocán de Querecotillo, está aumentando día a día el fervor católico de quienes la consideren un símbolo de fe, de amor y de esperanza.

A dos días de cumplirse cuarenta años del pavoroso incendio de la Iglesia de Querecotillo, a las 11 y 50 minutos de la noche del día miércoles 9 de Diciembre de 1970, se produjo el violento terremoto que asoló a los pueblos del departamento de Piura y Tumbes, principalmente Querecotillo y Salitral, entonces la serie de prodigios del Señor de la Buena Muerte de Chocán ha aumentado, ya que la furia de la tierra arruinó casi por completo la iglesia y lo que en el había. Sólo se salvó la Milagrosa Imagen del Señor de Chocan que hoy es motivo de mayor tributo y veneración por parte del pueblo.
Al día siguiente, la Sagrada Imagen, que no había sufrido daño alguno a pesar de haber caído pesadamente de una altura considerable del altar mayor, a las 8 de la mañana fue sacada de entre los escombros (adobe y madera) por el ejército y los fieles y llevada al anda que la habían sacado junto al obelisco de “Junín”, en donde el pueblo lloraba implorando misericordia a su antiquísimo Patrón, luego pasó a la plaza de Armas para en la noche hacer un recorrido procesional por el Perímetro de la misma plaza; mucha gente se movilizó de Sullana y otros pueblos en un inusitado movimiento vehicular para cerciorarse de tal prodigio del Milagroso Cristo y rendirle culto; luego quedó momentáneamente en un altar para su veneración al pie de la estatua del Héroe de Angámos y el 31 de Enero de 1971, pasó a una capilla provisional frente al Templo de la Iglesia San Francisco Javier.
El ejército honró a la Sagrada Efigie, en solemne acto que realizó en la mañana del domingo 20 de diciembre de 1,970 en el Cuartel del Regimiento de Caballería N° 05 (RC5 “Mayor Novoa Cava”) El cristo fue llevado en procesión y para implorar protección por toda la población toda vez que quedó totalmente devastado por el violento sismo que registraron desgracias personales que lamentar. La imposición de la reliquia Sagrada consistió en un corazón de oro a cargo del Jefe del Destacamento, Comandante E.P. Jorge Flores.

La Bendición de la Primera Etapa del Templo del Señor de Chocan, se realizó en el año 1972 con un significativo programa el día 09 de Diciembre. Se realizó una celebración Eucarística en memoria de los fallecidos en el terremoto de 1970.
El actual templo de modelo Brasilero, diseñado para resistir sismos de alta magnitud. Aunque no esta concluído en su totalidad, ya que aún falta el altar mayor que sería diseñado en mármol, para lo que el Señor de Chocán debería estar ubicado en la parte alta y a sus costados los santos peruanos Santa Rosa de Lima y San Martín de Porres, los vidrios que ahora vemos de color negro en las ventanas no son sus originales ya que deberían lucirse unos vitrales venecianos con figuras que representan los pasajes de la vida de nuestro Señor Jesús. Todo ello se construirá sólo con la colaboración de los fieles.

En la actualidad, la Feria del Señor de la Buena Muerte de Chocán es un suceso extraordinario en el mes de Febrero. El día principal es el 02 de febrero. La festividad se inicia el 23 de enero y culmina el 6 de febrero. Gentes de toda condición social de los más apartados lugares del Perú. e inclusive de las vecinas Repúblicas, en especial del Ecuador, adoran con recogimiento espiritual a la Milagrosa Imagen.

Para decirlo más concretamente es un CRISTO Santo. Alumbra los hogares de ricos y pobres, sin distinsión de clases sociales, raza, sexo, idioma, religión. Ha obrado desde la eternidad, numerosos milagrosos que han fortalecido la fe de las personas que lo veneran, en su tradicional feria del Dos de Febrero.
Querecotillo se identifica con esa gloriosa e histórica joya religiosa en cualquier parte del Perú, e inclusive en el extranjero.

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